11.8.16

Calle Miraflores, mudo testigo de la historia de CHIMBARONGO, columna vertebral de nuestro pueblo, que por ti han pasado generaciones y ya, mas de un centenar de abriles, anhelos de sufrir y amar, en alusión al tango aquel.
Llevaste tus heridas de la urbanización con honor.
Para tu nueva cara, fue más fuerte la ignorancia de afuerinos, que la sabia consulta a tu gente.
Otrora principal sendero del país, te llamaban Camino de Tortugas,
Hoy tu fuerza cobra varias vidas,
quedaste angosta y rápida
Ajena y peligrosa para el lento ciclista.
Todos los años tus canales de riego vital del campo, bañan tu cuerpo.
Los hoyos están en tus entrañas desde siempre, ahora una grieta joven y pequeña y pronto serás hoyo robusto y de respeto.
Gaspar González Muñoz / Gasparin
EL PUENTE DE LA CABRA
En el ex Fundo la Platina, a fines de la década del 30’ en la entrada del camino que va hacia el cerro, hay un puente llamado El Puente de la Cabra.
En este lugar había matorrales, salsa mora y mucha oscuridad donde aparecía una misteriosa cabra negra, peluda, con unos enormes cuernos, que causaba terror a los transeúntes.
Este engendro seguía aquellas personas que se quedaban hasta tarde y tenían que regresar a sus hogares, pero obligadamente debían pasar por este lugar que los atormentaba, incluso algunos optaban por quedarse en casa de sus amigos, para no cruzar por dicho lugar.
Pero un día apareció un afuerino en el fundo, diciéndole a la gente que él era capaz de domar a esta misteriosa cabra, este era un joven alto, buen mozo, muy valiente, apodado Merino, converso con varias personas y valientes del lugar consiguió que dos muchachos lo acompañaran a este sitio y esperar hasta la media noche asta que se encontrasen con este animal.
Fueron una noche de invierno oscura y tenebrosa hasta el lugar, esperaron y no pasaba nada, hasta que alrededor de la media noche apareció dicho animal, este hombre lo empezó a observar, contemplar, ver sus ojos rojos y brillantes de los cuales salía fuego, tomo un lazo lo lacea con la mano izquierda, se subió en su lomo, pronunciando e implorando unas extrañas plegarias, mientras los acompañantes lo observaban muy seguros detrás de unos arboles, la cabra empezó a saltar, balar, de sus ojos salía fuego, se levanto una enorme polvareda, y este extraño permanecía en su lomo, pasaron mas de 45 minutos de este acontecimiento y todo termino como si no hubiera pasado nada, se fue el polvo y quedo solo el joven se acerco a sus acompañantes.
Estos aun tímidos y tenebrosos lo felicitaron y le estrecharon su mano, y prometieron no contar lo sucedido se despidió, y se marcho para no verlo nunca más.
Algunos dicen que este muchacho fue enviado por el diablo, otros afirman que era el mismísimo demonio.
Desde ese día esta cabra no volvió aparecerse mas, es por estos extraños e inexplicables sucesos de esta leyenda, que este puente lleva por nombre El Puente de la Cabra.